lunes, 25 de mayo de 2009

El pasajero

Primera carta escrita desde mi portatil a bordo del Metro de Madrid:

Es extraño pero jamás me había dado por sacar este bicho y ponerme a escribir en medio de un mundo caótico, de gente que corre de un lado a otro, que espera ver a alguien a tiempo y que confía el tiempo que tardará en llegar a terceras personas...esas personas que siempre parece que cuanto mas antes quieres llegar a tu destino más difícil lo ponen.

Me hace gracia que a veces achaque la culpa a otros por llegar tarde adonde sea...es cierto que el mundo se siente mejor cuando hay un cabeza de turco al cual acusar de tus males...en fin, en ese metro voy yo, el cual espero que tarde menos de una hora en llegar a Moncloa.

Aunque mi caso es más especial, bueno, no diría tanto. Simplemente me metería en el saco de gente que siempre intenta sacar el jugo al tiempo, y luego pretende que su viaje salga perfectamente bajo sus planes. Eso suele pasar 7 de cada 10 veces por poner una probabilidad tangible...el resto de veces llegas tarde y te toca poner cara de bueno cuando en realidad te has pegado la carrera de último minuto para nada.

Ese es mi combate con el transporte público, cada mañana al levantarme, al salir del curro o cuando salgo por las noches. Estudiar la probabilidad de ese transporte es como un hobbie mio, pensando en tiempos constantemente, analizando minutos y segundos de cada estación, estudiando a cada conductor mío de autobus...¿qué otra cosa podría hacer cuando cada día gasto como mínimo 3 horas en moverme?

Mis dias suponen una utilidad real de 20 horas gracias al transporte existente hoy en día...a veces imagino el teletransporte y sonrío ante tal pensamiento...llamar a un número, confirmarlo, y luego dar el paso a la plataforma activa para un instante después encontrarte en tu trabajo felizmente. Que a la hora de comer quedes con tu novio/a y ambos aparezcais en casa en vuestro rato libre para veros...

Pero claro, este sería un sueño para bién de la humanidad, antes las autoridades deberían imponer un revisor de materia, hacer que nada funcionara sin pagar y enriquecer a las multinacionales creadoras del teletransporte...etc, etc...

A veces me pregunto donde quedo esa noticia donde se intentaba teletransportar un conejo, dado que es uno de mis sueños me da rabia que tenga tanto renombre unos días y acto seguido desaparezca...hay tanto secretismo en el mundo hace que no me extrañe...pero definitivamente es molesto.

¿O dónde está aquel acelerador de partículas al cual se opuso un montón de gente porque podría provocar un miniagujero negro?

Hay tantas cosas en la tecnología...me gustaría llegar a ver el descubrimiento de un nuevo mundo...o una nueva raza...ver a la Tierra evolucionando poco a poco...aunque raramente imagino una Tierra sin catástrofe, no soy capaz de vernos pensando por fín con la cabeza, haciendo el bién de los demás...creo que antes de que vea todo eso, tiene que suceder algo horrible...tener esa sensación en el cuerpo no es agradable, pero no puedo quitarmela, es algo que surge a la mínima mención del futuro próximo. Algo tiene que suceder, y ojalá que, al acabar, todos los que sobrevivan olviden por fín sus diferencias.
Quizas por eso me gusta tanto la serie de Perdidos. Toda esa gente no se podría ver más de dos minutos en la realidad, pero ¿qué sucede al tener todos en común un acto así de violento? Se sienten semejantes, pasan su tiempo con los demás, miran, observan, paran a pensar...

¿por qué siempre la humanidad desea hacer las cosas por las malas?

No creo que pueda entenderlo jamás.

Bueno, mi batería ya ha decidido quejarse...próxima estación Alonso Martinez, y son las 20:34. Creo que llegaré como siempre, justo a tiempo.

Saludos a todo aquel que lea este tipo de pensamientos que surgen a medida que los raíles me mecen.